Las vacunas y el bien común

Para vencer la pandemia a nivel mundial las organizaciones y gobiernos tendrán que tomar decisiones que pongan la vida y la salud por encima de los valores económicos y comerciales.

India, Brasil, Estados Unidos, Rusia, lideran hoy según la Organización Mundial de la Salud las cifras de muertes diarias, cuando hay países que han alcanzado índices altos de vacunación y en otros se ve posible comenzar la eliminación paulatina de las medidas preventivas: confinamientos, cierres de negocios, toques de queda etc.

Después de meses sin aceptar el reto, parece que la Organización Mundial del Comercio se presta a debatir sobre la exención de las patentes de la vacuna para acelerar su fabricación y se ha anunciado que un centenar de países, entre ellos EE. UU., estarían a favor de levantar esta barrera comercial.

En distintos momentos, el Papa Francisco y diversos líderes religiosos han pedido que haya vacunas para todos, que se liberen estas patentes para que la pobreza no siga siendo un factor más de riesgo frente al virus, como se ha demostrado.

“...No puedo ponerme a mí mismo por delante de los demás, colocando las leyes del mercado y de las patentes por encima de las leyes del amor y de la salud de la humanidad. Pido a todos: a los responsables de los estados, a las empresas, a los organismos internacionales, de promover la cooperación y no la competencia, y de buscar una solución para todos. Vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados de todas las regiones del planeta. ¡Poned en primer lugar a los más vulnerables y necesitados!” (Mensaje Urbi et Orbi, Navidad 2020 – 25 de diciembre de 2020).

“Todas las personas, especialmente las más frágiles, precisan asistencia y tienen derecho a acceder a los tratamientos necesarios. Esto es aún más evidente en este momento en que todos estamos llamados a combatir la pandemia, y las vacunas son una herramienta esencial en esta lucha. Por lo tanto, en el espíritu de un “internacionalismo de las vacunas”, insto a toda la comunidad internacional a un compromiso común para superar los retrasos en su distribución y para promover su reparto, especialmente en los países más pobres.” (Mensaje Urbi et Orbi, Pascua 2021 – 4 de abril de 2021).

La Institución Teresiana, unida a sus miembros en aquellos países actualmente más golpeados por la pandemia y por la brecha de desigualdad en el acceso a los medios para su tratamiento, se suma a esta petición a favor de la búsqueda de soluciones. Que los intereses comerciales y económicos no prevalezcan más aún sobre la salud y la vida de las personas, sobre todo en países ya castigados por altos índices de pobreza o diversos conflictos. Es el momento de cambiar la lógica del interés y dar el paso a una distribución más justa de este bien común que es la vacuna.

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