Para transformar

La Institución Teresiana se siente llamada a vivir y transmitir esperanza, un don que nace del Espíritu y se comparte creando espacios fraternos desde el diálogo y la comunión.

Queremos salir de nuestra comodidad, de lo propio, para mirar con ojos nuevos la realidad que nos rodea. Para actuar como Poveda con nuevos modos de pensar y hacer, desde el diálogo fe-ciencia, desde la mirada al mundo que nace de la compasión y el sentirnos iguales como hijos del mismo Dios Padre-Madre.

Desde aquí queremos:

  • - Tejer redes de fraternidad en el mundo, desde la diversidad y para la inclusión, el diálogo, la igualdad.
  • - Comprometernos con las familias, verdaderos agentes de transformación social.
  • - Caminar con los jóvenes en esta sociedad y este mundo en acelerado cambio.

Nos une

La Institución da mucha importancia a la formación de sus miembros. Facilita medios y espacios para el crecimiento personal y espiritual y para el compromiso de cada persona con la misión.

El talante ‘teresiano’ de las personas asociadas a esta obra eclesial se fragua en la oración y el estudio, verdaderos pilares del carisma desde sus comienzos.
Oración y estudio se entienden desde la encarnación desde la llamada a estar como levadura y sal inmersos en la vida corriente.

Jesucristo en el centro

En palabras de P. Poveda:

—“La Obra es Jesucristo. Él es el inspirador, el sostén, la vida, el modelo, la teoría, la práctica, el sistema, el método… todo en suma”. (1917).

—“De Cristo podemos copiar todos, sea cual fuere nuestro temperamento, edad, sexo o carrera, y, al imitarlo, no destruimos nuestro modo especial de ser dado por Dios, sino que lo elevamos y santificamos”. (1918)

María es un ancla en nuestra vida, una presencia continua y maternal. A ella, la primera discípula, acudimos personalmente y como pueblo, buscando ayuda y fortaleza en el seguimiento de Jesús.

Líneas de misión 2023-2028

Tejer redes de fraternidad en el mundo

Espacios de diálogo e inclusión ante la diversidad cultural y religiosa, de encuentro y fraternidad con migrantes, mujeres, personas excluidas en las más distintas periferias...

Deseamos incentivar el estudio y una formación que nos permita tener una base sólida y actualizada que nos ayude a analizar las causas y consecuencias de los grandes problemas actuales y a cuestionar el dónde y el cómo de nuestras presencias.

Comprometernos con las familias

Mirar a las familias en las distintas configuraciones familiares, asumiendo con coherencia que cada una es particular y es tierra sagrada. El dolor de las familias, la vulnerabilidad y sus fortalezas nos interpelan y comprometen.

Queremos acompañar, acoger, respetar, consolar, ampliar la mirada, escuchar a cada persona en el contexto familiar en que se encuentra.

También hay que seguir luchando por la igualdad de las mujeres, por su dignidad y sus derechos.

Caminar con los jóvenes

Nuestro trabajo con jóvenes nace y tiene en el horizonte la convicción de que el Evangelio es fuente de sentido, de felicidad, es generador de proyectos de vida para los demás, proyectos de vida que pueden transformar la realidad.

Muchos jóvenes con los que estamos en contacto no son creyentes, no conocen el Evangelio, no participan o rechazan a la Iglesia.  Con todos ellos caminamos.

El contacto con la Institución -en sus programas y en las acciones individuales- puede ser oportunidad de un encuentro personal con Jesucristo.