En la Europa que vivimos crece la desorientación, el influjo de movimientos populistas y de las propagandas racistas. No se dan suficientes esfuerzos para encontrar soluciones, superar la corrupción, los intereses personales y la insensibilidad social, desentendiéndose del bien común.
En la Institución Teresiana en Europa sentimos la necesidad de vivirnos en salida ante esta realidad, de tener gestos proféticos y de anunciar que la Buena Noticia de Jesús es también posible aquí y ahora.