Interrogantes y certezas

En la etapa de post-emergencia que está llegando, creemos que hay que cambiar el foco.

Los miembros de la IT hemos compartido cómo el coronavirus está afectando a la realidad de cada país, la preocupación por su evolución… También las estrategias y los medios que se están poniendo en marcha desde nuestros grupos.

Al compartir inicial sobre cómo estamos viviendo este momento, se añaden otras preguntas ¿Qué aprendizajes estamos extrayendo? ¿Cómo gestionar estos tiempos de incertidumbre? ¿Qué hacer para no quedarnos igual? ¿Cómo descubrir lo nuevo que esta situación alberga en su interior invitándonos a cambiar?

¿A dónde y a quién acudir para que el miedo no nos paralice y dé paso a la valentía, la duda a la certeza, el desánimo a la esperanza? ¿Qué palabra tiene la Institución para que, en su fragilidad, anuncie al mundo la fuerza del Resucitado? ¿Cómo colaborar con otros en este anuncio?

Junto a estas preguntas respondidas a medias o mantenidas en el tiempo, resonaba con novedad la fuerte creencia de que la Institución nació para tiempos difíciles, de que en nuestro ADN está confiar, resistir, ser audaces, mirar el presente como oportunidad de gracia.

Desde ahí y pensando en la etapa de post-emergencia que está llegando, nos sentimos obligados a cambiar el foco, a cambiar la mirada para favorecer que el ser esté por encima del tener y el producir, y donde los más perjudicados de esta crisis, que son siempre los últimos, sean de verdad los primeros.

Experimentamos la urgencia de revisitar este momento de confinamiento y redescubrir qué significa para la Institución salir, ser enviados en esta Pascua al mundo, al lugar donde Jesús Resucitado se nos hace presente y nos llama de nuevo a realizar la misión.

Extraído de: Carta del Consejo de Gobierno de la IT a todos los miembros- 21-04-2020.

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